martes, 27 de mayo de 2008
WAR
Bueno. Vamos a contrastar un poquito en este blog las cosas. Vamos a harmar pleito. Aqui les entrego dos weas que escribi: tienen mucha sangre y muchos cuchillos y cosas feas. Tránguense estos trozos de sufrimiento citadino. JO. Aqui les va cauross...espero no haberme volvido a subir al pedestal, pedro.
TACOS
Hay cuervos bajo el sol. Mucha carroña servida a destajo. No veías al invierno besarme en la boca esa noche. Hubo un diluvio lejos de los bares. Cerca de óvulos calientes. Lejos de tu madre. De todas las madres. Las cruces. Las vírgenes se sacan las tripas cerca de los tarros de cerveza caliente. Caliente el invierno que se hunde. Hay muchos cuervos. Mucha carroña elevada por las piernas de las vírgenes. Hubo un diluvio en mi boca borracha. Y los charcos se rellenan porque la lluvia cae inclemente sobre los vacíos. Cae olvidando las promesas, ésas mismas que lloraste en los callejones recordando a tu puta madre. Cae un huracán de fuego que no derrite. Se desmoronan diluvios míticos en mis piernas feas. Deseables sólo para las hienas. Feas como las cascadas que no atraviesan las paredes de los conventos. Feas como los ángeles que vuelan bajo el sol. Hubo un diluvio de sangre virgen. Una ofrenda de labios carnosos, como carroña. Hubo tajos esa noche. Arañas impías que penetraron cuevas prohibidas. Grietas insalvables, como huracanes. Hubo sangre esa noche, cuando la nieve me besó en la boca. Y no te diste cuenta. Yo te decía: hay muchos cuervos bajo el sol. Pero tú hundiste tu cabeza en las pozas de agua bendita. Abriste los ojos y corriste bajo el sol, como hiena. Como cuervo. Como ángel. Ahora las manadas alejan las polvaredas. Todo brilla limpio, como el sol. Pero aquí dentro las entrañas se sublevan. La lluvia es un ácido mentiroso. Las paredes se ensanchan cuando los desiertos gimen. Las puertas se secan, viejas, intocables, santas. Puras, como el sol. Limpias, como el sol. Secas, como la sangre mentirosa que rellena los vacíos. Como un tajo que se ensancha. Como una grieta que se abre en la mitad del mar. Y no hay agua. Y no hay sangre. Sólo un encierro frenético, como carroña. Una fila que se eleva, una ofrenda que se eleva. Y que nadie quiere probar.
AMANECERES
I.
El tren se marea cuando bajo las suelas aparecen los clavos
Se marea en lo paradisíaco de una aspiradora travestida en cascada.
El riachuelo ya no es más un bigote gris estancado en las esquinas.
Ahora es una pared derritiéndose
Una pintura que tiene ojos blancos.
Una borrachera que muy en el fondo
Apila hielos en los altares.
II.
¡somos poetas, somos poetas!
Déjenos acariciar a los tigres
Déjenos creer que la luna es una puta vieja
que los cielos cobijan aún barriles de sangre.
III
Una procesión avanza a ciegas.
Me dicen que alguien ha muerto.
Esta vez,
No sonaran cascabeles ni trompetas.
No habrá rosas, esta vez.
Esta vez,
Nadie dirá nada.
IV
Todo fue silencio en una vagoneta
En una fila acuática que amamantaba corales.
Pendían sobre tu boca alientos que se elevaban
Que descendían en torrentes rojos.
Cascadas de sangre, barriles astronáuticos
Golpeaban mi pecho que se abría a un abismo celestial.
Todo fue silencio
Todo fue silencio
Pero apareciste,
escribiendo un gemido que jamás olvidaré.
viernes, 16 de mayo de 2008
Que los niños mueran de hambre en África; que los barrigones azoten a sus esposas con sus cinturones; que los pobres asalten la tiendita de la esquina. Nada de eso importa hoy.
Que los mendigos duerman debajo del puente; que los ciegos tropiecen al caminar; que nuestras amistades nos traicionen y quedemos más solos que el hombre más solo de la Tierra. Nada de eso importa hoy.
Que los viejos penetren a las niñas con sus vergas arrugadas; que los matones expriman con sus dedos los pezones del chico obeso; que los corderos chillen al reconocer el cuchillo de su ruina. Nada de eso importa hoy.
¡Que estalle la Tercera Guerra Mundial y que revienten los intestinos de mi perro a balazos; que el sol se apague y que se congelen los desiertos; que nuestras madres se suiciden y que la humanidad quede huérfana! Nada, ¡absolutamente nada de eso importa hoy!
Porque hoy estoy enamorado. Y la vida es maravillosa.
Que los mendigos duerman debajo del puente; que los ciegos tropiecen al caminar; que nuestras amistades nos traicionen y quedemos más solos que el hombre más solo de la Tierra. Nada de eso importa hoy.
Que los viejos penetren a las niñas con sus vergas arrugadas; que los matones expriman con sus dedos los pezones del chico obeso; que los corderos chillen al reconocer el cuchillo de su ruina. Nada de eso importa hoy.
¡Que estalle la Tercera Guerra Mundial y que revienten los intestinos de mi perro a balazos; que el sol se apague y que se congelen los desiertos; que nuestras madres se suiciden y que la humanidad quede huérfana! Nada, ¡absolutamente nada de eso importa hoy!
Porque hoy estoy enamorado. Y la vida es maravillosa.
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